30 marzo, 2017

Reseña de "dios no es bueno: cómo la religión envenena todo" por Christopher Hitchens

God Is Not Great: How Religion Poisons EverythingGod Is Not Great: How Religion Poisons Everything by Christopher Hitchens
My rating: 5 of 5 stars

Brillante, mordaz, incisivo, hilarante y profundo. Este es el magnun opus de Hitchens, un escritor y orador brillante, polemista, sardónico y uno de los más importantes impulsores del antiteísmo (y también cara visible del Nuevo Ateísmo) y la necesidad imperiosa de la cada vez mayor secularización dentro de nuestras sociedades, como paso ineludible para el progreso de la especie. Esta es su pormenorizada y moderna crítica a la religión, en la que se trata uno de los más urgentes puntos de nuestros tiempos: la malignidad intrínseca de la fuerza que ésta tiene en el mundo.

Técnicamente no leí este libro por primera vez en esta oportunidad. Lo he hojeado infinidad de veces a lo largo de los cinco años en los que ha estado conmigo, y de manera algo desordenada leído todos sus capítulos. Por ello, mi copia está profusamente subrayada y contiene varias notas escritas de puño y letra. Esta vez sencillamente me obligué a leerlo de corrido.

Sin embargo creo importante resaltar que por mucho tiempo mi aproximación a este texto ha sido más como a la de un manual, un compendio, una fuente de consulta constante; algunos dirían como una "biblia" (término no del todo apropiado porque uno de los objetivos de este brillante ensayo es precisamente desmontar el mito bíblico, entre otros muchos mitos religiosos, exponiéndolos por lo que son, pseudo-filosofía) La importancia de resaltar esto es que los argumentos de este ensayo son increíblemente útiles, casi inagotables en un debate que lleva demasiado tiempo ocurriendo: la obsolescencia de todas las religiones, su claro rol de obstrucción del progreso y lo pernicioso que es para el intelecto humano.

El hecho que aún sean polémicas estas aseveraciones, es lo que hace aún más necesaria la divulgación de trabajos como éste. Los argumentos harto reciclados de: (1) "Sin la presencia de Dios no habría compás moral en el mundo", (2) "La religión hace trabajos caritativos que más nadie podría hacer", (3) "La religión es necesaria para cultivar la espiritualidad" y (4) "Existen alternativas orientales a las cuales acudir una vez agotadas las religiones occidentales"... son rebatidos brillantemente con argumentos contundentes y claros. Varios de ellos basados en el principio lógico que como especie no hubiésemos llegado muy lejos si lo único que no necesitáramos para no matarnos y hacernos daño mutuamente es la presencia de una mitología; cuando más bien en nombre de esa mitología es que la mayoría de las matanzas más cruentas de la historia se han llevado a cabo.

Hitchens sabe de religión, y lo demuestra palpablemente, nos gusten o no sus argumentos. La disección del Corán, la demostración de cómo el Nuevo Testamento fue tanto un libro de adoctrinamiento político, como religioso; la demostración de la barbarie judía y musulmana en Israel y Palestina, e infinidad de otros ejemplos, dejan claro que no se trata de una crítica estéril, si no ricamente fundamentada.

Al final del ensayo, eso sí, Hitchens no ofrece (a diferencia de muchas religiones) una solución definitiva; no se involucra en el debate quizá más filosófico y psicológico de por qué la religión y la creencia en un dios quizá no podrán ser del todo erradicados jamás, y de hecho, no aboga porque sea así. Como lo pone Mary Riddell en la critica que le hizo al libro para The Guardian

¿Cómo (se pregunta Hitchens) puede la gente ser tan solipsista, egoísta y crédula? Los primeros padres de la fe vivieron en una época de "pre-historia humana" cuando nadie tenía idea de qué estaba pasando y dios proveía una versión tan buena como cualquier otra. Ahora que Darwin ha explicado nuestros origenes, Einstein ha trazado los comienzos del cosmos, las excusas para la fe ciega se han evaporado

Aún así los inteligentes y pensantes permanecen inamovibles en su credo, y el creacionismo parece ser una influencia creciente a ambos lados del Atlántico, el por qué esta paradoja continúa no es tratado del todo. Hitchens tiene razón en mucho de lo que dice, la religión es un camino para la guerra y sufrimiento humanos. Está inmiscuida en abuso infantil y masacres. Desde el protestante a las clínicas de aborto a los atacantes suicidas, sus discípulos son los peligrosos y los ilusos. Incluyen los obispos que predican maliciosamente que el virus del SIDA puede filtrarse a través de agujeros microscópicos en los condones, y los musulmanes conservadores quienes, según el reportaje de Hitchens desde Calcuta, denunciaron las vacunas contra el polio como una trama occidental para inducir impotencia y diarrea. ¿Por qué cualquier ser humano racional querría construir su vida alrededor de cultos tan disparatados?
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